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Muñoz, nuevo referente del golf colombiano, aún no cree que es campeón
Con una tranquilidad pasmosa para un muchacho bogotano de 26 años que acababa de conseguir el logro más importante de su carrera, Juan Sebastián Muñoz declaró, apenas se coronó campeón del Sanderson Farms Championship: “Tengo trabajo seguro por el próximo par de años. Sonreí y seguí sonriendo”.
Con una tranquilidad pasmosa para un muchacho bogotano de 26 años que acababa de conseguir el logro más importante de su carrera, Juan Sebastián Muñoz declaró, apenas se coronó campeón del Sanderson Farms Championship: “Tengo trabajo seguro por el próximo par de años. Sonreí y seguí sonriendo”.
Pero no solamente es eso. Aunque ya había debutado en 2017 en el PGA Tour, apenas este año tenía su tarjeta completa. Y eso le permite tomar riesgos
Así lo hizo aquella tarde de febrero de 2016 en la que le cambió su vida: mandó la bola por encima de los árboles en el hoyo 18 del Country Club de Bogotá, se aseguró el título del Club Colombia Championship y comenzó a sumar los puntos para llegar a la ‘gran carpa’.
Ahora disfrutará los beneficios de ser campeón, entre ellos, ir a dos majors, el Masters y el PGA Championship. Muñoz, el segundo colombiano en ganar en el PGA Tour, después de Camilo Villegas, habló de su logro con EL TIEMPO.
¿Cómo es el día después de ganar un torneo del PGA Tour?
Un poco de no creerlo. Lo primero que hice al despertarme fue decirle a mi novia que si era cierto que había ganado. Estoy muy feliz. Como que todavía no lo siento.
El trofeo del Sanderson Farms Championship es bien curioso, tiene la forma de un gallo. ¿Cómo lo guardó?
¡Noooo! Ese trofeo es pesadísimo, pesa como 20, 25 kilos, una cosa muy pesada. Lo dejé en el club y me lo van a mandar a la casa.
Ya había dado un aviso la semana pasada al ser séptimo en The Greenbrier. ¿Qué cambió para comenzar esta temporada?
Fue un muy buen comienzo. La verdad, venía haciendo las cosas bien desde la final de la temporada pasada, pero el nivel de presión era mucho más alto entonces, tenía que medir cada golpe para salvar la tarjeta. Este año sabía que entraba con temporada full, que no necesitaba cuidar golpes, sino que podía arriesgar, por eso entré con un poquito más de confianza.