Arauca

El compromiso de CICR con Arauca

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Desde comienzos de año se ha venido agudizando en el departamento la ya complicada situación del conflicto armado y la violencia por el aumento de la confrontación armada, lo que ha generado distintas consecuencias humanitarias, entre ellas el desplazamiento y confinamiento de comunidades.

El CICR, que tiene una presencia de casi tres décadas en el departamento, por medio de su oficina en Saravena, ha estado atento a escuchar las necesidades de las comunidades y personas afectadas en las zonas urbanas y rurales de los principales municipios afectados.

En consecuencia, asistimos en las zonas más afectadas de los municipios de Saravena, Arauquita, Tame y Fortul, con la entrega de mercados e implementos de aseo a 329 personas de 75 familias, kits con material médico para la atención de heridos en 11 estructuras de salud, especialmente de la zona rural, y seguimos en constante monitoreo del contexto y de la evolución las necesidades de las comunidades.

Mediante el diálogo con las comunidades se busca establecer los lugares donde se enfocarán esfuerzos para capacitar a las personas en mitigación del riesgo, buscando reforzar las habilidades de reacción frente a situaciones a causa de artefactos explosivos.

Se evaluaron daños a la infraestructura y se apoyará en la rehabilitación de zonas afectadas, entre ellas el hospital de Saravena. De manera bilateral y confidencial se ha mantenido el contacto directo con los familiares de las personas desaparecidas y víctimas de amenazas para hacer acompañamiento a cada caso.

«Hacemos un llamado a todos los actores armados para que respeten las normas humanitarias y tomen medidas de precaución para proteger a la población y bienes civiles de los efectos de las hostilidades. Es importante garantizar la vida y la integridad de los civiles y preservar los espacios comunitarios», afirmó Nicolas Ferminet, jefe de la oficina del CICR en Saravena.

Así mismo, Ferminet indicó que «es fundamental mantener la coordinación entre instituciones y organizaciones humanitarias en la zona para brindar asistencia a las personas afectadas, gestionando de manera adecuada la capacidad de la atención por la magnitud de las consecuencias y durante el tiempo que sea necesario».

También recordamos la importancia del respeto al personal y las infraestructuras de salud, permitiéndoles prestar asistencia a cualquier persona que lo necesite, sin restricción alguna, ya que es un deber humanitario atender heridos y enfermos, garantizando su seguridad para desarrollar sus labores sanitarias en cualquier lugar de la región.

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