Arauquita
El ELN admite ataques armados en Arauca; la violencia se recrudece
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✍️ Por La Prensa Araucana
El pasado martes 6 de mayo, el departamento de Arauca volvió a ser escenario de la violencia que por décadas ha marcado su historia. A través de sus canales de difusión, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) asumió la responsabilidad de varios ataques contra la Fuerza Pública, perpetrados en distintos puntos del territorio.
🔫 Balacera en Arauquita: un disparo que pudo ser fatal
Cerca de las 3:50 p. m., en pleno corazón del municipio de Arauquita, hombres armados abrieron fuego contra un grupo de policías cerca del parque principal. Uno de los impactos dio directamente en el chaleco antibalas de un uniformado. Fue un disparo certero que, de no ser por la protección, habría cobrado su vida.
🎙️ «La estación de Policía fue atacada, estamos profundamente preocupados», señaló el alcalde Luis Fernando Panqueva, quien no ocultó su inquietud por la proximidad del ataque a zonas escolares y comerciales frecuentadas por niños: la institución educativa Liceo del Llano y la librería Carmentea Cantar del Llano.
💣 Morteros en Fortul: el ELN ataca en la montaña
Poco más de una hora después, a las 5:00 p. m., en la vereda El Mordisco del municipio de Fortul, una patrulla del Ejército fue atacada con morteros artesanales tipo rampla mientras acampaba en zona boscosa. El ataque, aunque no dejó víctimas, confirma el retorno de tácticas de guerra rural por parte del grupo insurgente.
❌ Puerto Jordán: ELN se deslinda
En horas de la noche, se escucharon múltiples disparos en el centro poblado de Puerto Jordán. A pesar de las sospechas iniciales, el ELN negó participación en esos hechos. ⚠️ «No fuimos nosotros», fue el mensaje escueto emitido por ese grupo armado.
Fuentes militares consultadas por La Prensa Araucana indicaron que lo ocurrido en Puerto Jordán fue un hostigamiento sin heridos tanto en la fuerza pública como en la población civil.
🧩 Una región sitiada por la incertidumbre
Con estos nuevos hechos, el ELN deja claro que no ha abandonado su capacidad de fuego ni su intención de presionar con violencia en una región históricamente golpeada por el conflicto. Mientras tanto, la población civil —especialmente niños y niñas— sigue atrapada entre los anuncios de paz y las ráfagas de guerra.