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“Traición en las filas”: Fiscalía revela presunta alianza entre militares y disidencias en Arauca
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Por La Prensa Araucana
📍 Arauca, Colombia | Jueves, 21 de agosto de 2025
La traición, en tiempos de guerra, duele más que las balas. Las tropas en Arauca, que desde hace años enfrentan una guerra de múltiples frentes, descubren ahora que el enemigo no solo estaba afuera: podría haber estado dentro del mismo uniforme. 😠
Chats interceptados por la Fiscalía General de la Nación destaparon una presunta red de corrupción en la que el teniente Juan Sebastián Tangua, oficial de inteligencia del Batallón de Ingenieros Rafael Navas Pardo, habría vendido armas, coordenadas y datos confidenciales a la subestructura 28 de las disidencias de las Farc, liderada por alias Antonio Medina.
La gravedad es inmensa: la información filtrada habría facilitado emboscadas, asesinatos de militares, ataques contra civiles y la expansión de las disidencias en zonas estratégicas de Tame, Arauquita y Saravena.
📱 Los chats que lo delataron
La investigación surgió tras la incautación de 15 celulares, cuatro USB y una tableta durante una operación militar en zona rural de Tame a finales de 2024. Entre el material hallado, las conversaciones entre el teniente Tangua y alias Ruso, segundo cabecilla de la subestructura 28, resultaron reveladoras.
En los mensajes, el contacto de Tangua aparecía guardado como “Entelijensia”, un guiño irónico a su rol en el Ejército. Utilizaban claves para referirse al armamento: las “empanadas” eran granadas, las “latas” eran fusiles, y los “árboles” eran puntos de entrega.
Un ejemplo estremecedor es un chat de noviembre de 2024, donde alias Ruso le pregunta cuándo entregará el armamento. El oficial responde:
“Yo las dejo en el árbol del camino por donde pasan las tropas.”
La Fiscalía verificó las coordenadas y encontró que el escondite estaba a 2,4 kilómetros del batallón, evidenciando que el flujo de armas salía prácticamente desde las narices del Ejército.
💰 La ruta del dinero
La investigación financiera apunta a Néstor Orlando Ricaurte, un presunto testaferro y pieza clave en la triangulación de pagos. Según la Fiscalía, Ricaurte recibió más de 22 millones de pesos en transferencias, provenientes de alias Antonio Medina y otras fuentes criminales.
Los giros se fraccionaban en montos pequeños para evadir los radares del sistema bancario. Parte del dinero iba directamente al teniente Tangua, mientras otro porcentaje se destinaba a “aceitar” mandos superiores, según conversaciones interceptadas.
En uno de los chats, Tangua solicita a alias Ruso hablar con “el jefe” para que levante el acuartelamiento y así facilitar la extracción de armamento. La respuesta fue tajante: el superior pedía más dinero. Tangua replicó:
“¿Le está pidiendo mucho? Si no, yo busco prestado y los envío para poder sacar eso.”
🎯 La filtración más grave: desmovilizados en la mira
El escándalo tomó un giro aún más delicado cuando la Fiscalía encontró pruebas de que Tangua entregaba información sobre desmovilizados que buscaban acogerse a la justicia.
En diciembre de 2024, compartió fotografías de dos excombatientes —identificados como “Billy” y “Julián”— mientras se encontraban dentro de instalaciones militares en Tame. Uno de ellos, Carlos Andrés Preciado (“Julián”), fue retratado sin darse cuenta durante una diligencia en el batallón.
🚨 Las capturas y la tormenta en el Ejército
El operativo concluyó en julio de 2025 con la captura del teniente Tangua, Ricaurte y dos presuntos cómplices más:
- Otoniel Forero Mosquera (“El Gallero”), hermano de alias Ruso.
- John Alexander Ortiz (“El Ingeniero”), señalado proveedor de armas para la subestructura.
Los cuatro enfrentan medidas de aseguramiento en centro carcelario. Sin embargo, la Fiscalía no descarta que haya más oficiales implicados y apunta a la existencia de una red interna dentro del Ejército que habría facilitado el traslado de disidentes desde Cauca hasta Arauca.
⚠️ Una herida profunda en la tropa
Para las tropas en terreno, el golpe no es solo estratégico, sino moral. Descubrir que un oficial entregaba coordenadas, armas y datos de inteligencia a los mismos grupos que han asesinado compañeros, secuestrado civiles y atacado bases militares, fractura la confianza interna.