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Por La Prensa Araucana

A las 3:19 a. m. de este domingo 1 de junio, en el corazón comercial de Arauca, la tragedia pasó a centímetros de volverse irreversible.
Una cámara de seguridad captó el instante en que un ciudadano caminaba tranquilamente por una acera —destinada exclusivamente para peatones— y fue brutalmente embestido por un pequeño vehículo de carga. 🏃‍♂️💥🚚

🎥 El video muestra lo que los informes oficiales no suelen decir: el caos vial de la capital no es una percepción, es una amenaza constante.

El conductor del vehículo —que se desplazaba a alta velocidad y en posible estado de embriaguez— causó el accidente y huyó sin detenerse, sin auxiliarlo y, por supuesto, sin responder por los daños causados.

🩺 El ciudadano, milagrosamente, sobrevivió.

🚧 La pregunta incómoda
¿Cómo puede un conductor ebrio transitar por una zona comercial, chocar a una persona y escapar sin que ninguna autoridad lo detenga? ¿Dónde estaban los controles? ¿Y el Instituto de Tránsito y Transporte de Arauca?

📉 Porque no es la primera vez. Ni será la última.
A diario, peatones, ciclistas y motociclistas arriesgan su vida en vías donde las normas existen solo en papel. Donde la ley se vuelve invisible cuando el reloj marca la madrugada.

📣 Y la ciudadanía se pregunta:
¿De qué sirven los retenes si siempre están donde no pasa nada?
¿Dónde están los operativos reales?
¿Para quién funcionan los controles, si los más imprudentes siguen manejando como si no hubiera mañana?

🔍 Este caso, captado por una cámara que no duerme, debería ser un campanazo de alerta para una ciudad donde los derechos del peatón son vulnerados sistemáticamente.

Hoy no hubo una muerte. Pero hubo una omisión. Y también una oportunidad para actuar… antes de que el próximo video no tenga final feliz.

📉✨

Por La Prensa Araucana

Este viernes 30 de mayo, el DANE publicó las más recientes cifras de desempleo correspondientes al periodo mayo 2024 – abril 2025, y con ellas llegó una novedad que por años parecía imposible:

🔔 Arauca ya no es la ciudad capital con más desempleo en Colombia.

Después de ocupar ese triste primer lugar durante mucho tiempo, la ciudad logró —aunque por poco— salir del fondo. Una pequeña victoria estadística que no debería pasarse por alto.

📊 ¿Qué dicen los números?

Según el reporte del DANE, la tasa de desocupación nacional se ubicó en 8.8%, lo cual representa una mejora sustancial respecto al 10.6% registrado en el mismo periodo del año anterior.

Este dato, además de mostrar avances, nos devuelve a niveles similares a los de abril de 2019, justo antes del impacto de la pandemia.

Pero volvamos a Arauca. Nuestra capital registra una tasa de desempleo del 28.4%, un número que sigue siendo altísimo, pero que ya no es el más alto del país.
Ese nada envidiable puesto ahora lo ocupa Quibdó (Chocó) con una cifra aún más preocupante: 29.2% 🆘.

🏁 ¿Victoria? Sí. ¿Meta cumplida? Aún no.

Podría parecer un consuelo menor, pero salir del último lugar nacional en desempleo es un avance simbólico importante para una ciudad golpeada por décadas por el conflicto, la informalidad y el abandono institucional.

Además, hay una tendencia leve pero consistente a la baja que ha sido visible en las últimas mediciones. Y eso no ocurre por casualidad.

Son los pequeños esfuerzos, las apuestas por la educación técnica, el fortalecimiento del comercio local, las iniciativas de emprendimiento y algunos proyectos públicos que comienzan a mostrar impacto en el empleo juvenil y rural.

Aun así, un 28.4% de desempleo no es un logro, es un reto abierto. No hay espacio para el conformismo cuando casi uno de cada tres araucanos en edad de trabajar no tiene empleo formal o estable.

🌄 ¿Qué sigue?

La lectura optimista es clara: sí se puede mejorar.
Pero también hay que decirlo con todas sus letras: queda muchísimo por hacer.
Necesitamos políticas que promuevan la economía local, la inversión responsable y el empleo digno.

La noticia es buena. Es un respiro. Es una señal.
Ahora toca que no sea solo eso.

📌 Porque no basta con dejar de estar últimos. Lo que Arauca merece es estar de primeros… en oportunidades.

🏥💼

Este viernes 30 de mayo se conoció una carta que, más que renuncia, parece un parte clínico de un paciente institucional con síntomas de presión política.
El doctor Carlos Alberto Sánchez Arango, director del Hospital San Vicente de Arauca, presentó su renuncia al gobernador Renson Martínez Prada. Pero no una renuncia cualquiera: una carta cuidadosamente redactada, posfechada y acompañada de una solicitud inusual a los entes de control ⚠️.

El doctor Sánchez, quien ha sido el director de la entidad hospitalaria durante gran parte de la actual administración departamental, renuncia a partir del 31 de julio de 2025, es decir, con dos meses de preaviso. Hasta ahí, podría parecer un retiro voluntario y planeado. Pero el lenguaje, el contexto y los silencios de la carta cuentan otra historia.

🧐 ¿Una decisión personal? El guion no convence

El funcionario alega que su renuncia es producto de un «proceso de reflexión personal y profesional». Sin embargo, distintas fuentes consultadas —dentro y fuera del sector salud— indican que la renuncia no fue tan autónoma como se afirma.

En política, las reflexiones personales suelen tener nombre propio. Y a veces uniforme institucional.

📑 Una carta con efectos secundarios

Lo más llamativo del documento —y lo que confirma que esto no fue una renuncia «normal»— es el párrafo donde el doctor Sánchez solicita el acompañamiento de la Procuraduría y la Contraloría Departamental en el proceso de empalme entre el 16 y el 30 de julio.

Sí: en su propia renuncia, pide vigilancia de los entes de control para entregar el cargo.

🔍 Un gesto que podría interpretarse como precaución… o advertencia. ¿Qué teme encontrar quien llegue? ¿O qué teme que le atribuyan al que se va?

La carta también subraya su compromiso con una «transición ordenada» y con la continuidad administrativa y asistencial del hospital. Lo que no dice —pero sí insinúa— es que su salida podría dejar un vacío técnico en uno de los centros de salud más complejos del departamento.

🩺 ¿Por qué se va quien da resultados?

Carlos Sánchez Arango es un nombre que, dentro del convulsionado sistema de salud público araucano, generaba consensos inusuales: era visto como un profesional competente, con experiencia, y que había intentado sacar adelante una institución históricamente en crisis.

Logros administrativos, mejor atención en ciertos servicios y una gestión que, si bien no fue perfecta, había empezado a mostrar mejorías.

Justamente por eso, su salida repentina —y en medio de tensiones políticas— llama la atención.
¿Se va por decisión propia?
¿Lo van?
¿Se aparta antes de que lo empujen?

❓¿Por algo será?

Así se va un director que, con resultados en mano, prefiere pedir vigilancia para entregar su cargo.
Una escena que dice mucho más de lo que el texto formal revela.